El cambio de estación y la llegada del otoño trae consigo cambios sustantivos en las temperaturas a las que estábamos acostumbrados, y como cada año, es indispensable y necesario analizar el tipo de calefacción que se usará. ¿Sacar de la bodega la vieja estufa o buscar renovarla?
Lamentablemente para aquellos amantes del calor, la playa, el sol y los días largos, el verano terminó. La temperatura empieza a bajar y el invierno está cada vez más cerca.
Los primeros días de frío nos alertan sobre los mecanismos de calefacción de nuestro hogar, empresa, oficina o espacio de trabajo. Pero, ¿Qué diferencias presentan los distintos tipos de calefacción disponibles en el mercado? ¿Cuál es la más conveniente para mi casa o ámbito de trabajo?
En esta ocasión te presentamos los distintos tipos de estufas que existen, sus características, ventajas y desventajas, para que puedas elegir la que sea más conveniente.
Estufas eléctricas
Al momento de analizar las estufas en oferta, las opciones eléctricas se vuelven interesantes para aquellos espacios que no cuentan con conexión de gas o que no presentan una buena ventilación o posibilidad de tiraje. Estas estufas funcionan por convección, por lo cual no generan ningún tipo de gas que pueda resultar nocivo tanto para el ambiente, como para las personas.
En cuanto a su principal desventaja se encuentra el elevado consumo eléctrico que requiere. Además, por su grado de potencia, es recomendable usarlo en espacios más reducidos, que sean más fáciles y rápidos de calentar.
Estufas a pellet
Estas son, por amplia mayoría, una de las opciones más populares. Las estufas a pellet son, a largo plazo, sumamente económicas y fáciles de utilizar. Además, con un mínimo mantenimiento cuentan con una vida útil extensa. Una estufa a pellet funciona a partir del procesamiento de la madera como suministro de energía en forma de pellet, es decir, restos de madera prensada.
A pesar de que son un tipo de estufa más costosas en comparación a otras opciones, por el precio del pellet y su rendimiento, por su uso diario implica en términos comparativos un gasto menor que el de otras. A su vez, al contar con un combustible totalmente renovable, produce una baja emisión de gases de dióxido de carbono, siendo más amigable con el medio ambiente. Dada su amplia potencia calorífica, son ideales para habitaciones grandes, además de contar con sistemas de control y de regulación del calor de forma electrónica.
Estufas de gas
Estos artefactos de calefacción funcionan a partir de la quema de gas butano. Como principal atributo de este tipo de estufas se encuentra su bajo costo, dado que presentan los precios más económicos del mercado. Además, por su tipo de funcionamiento, son sumamente veloces al momento de calefaccionar un espacio.
Como desventaja, las estufas a gas consumen oxígeno y emiten dióxido de carbono, que es perjudicial para el medio ambiente y para la salud de las personas. Para evitar accidentes domésticos con este tipo de estufas, siempre se recomienda, mientras está en funcionamiento, dejar abierta de forma total o parcial una ventana para que circule el aire.
Otros tipos de estufas: a leña, parafina, halógenas
Además de las estufas eléctricas, las que funcionan a pellet y las de gas butano, existen de otro tipo menos habituales que es bueno considerar al momento de pensar cuál es la más acorde para el hogar.
Las estufas a leña o salamandras, es un tipo de calefacción muy utilizado en algunas zonas del país, especialmente en el sur. Consta de la generación de calor a partir de la combustión a leña, en un funcionamiento similar al de las estufas de pellet. Requiere un mayor nivel de mantenimiento que estas últimas, dado que la leña genera más ceniza que el pellet, y necesita también de un buen tiraje del humo.
Las estufas de parafina o kerosene presentan características muy similares a la de gas butano, pero se diferencian en que funcionan a partir de la quema de este derivado del petróleo. Son muy utilizadas para calefaccionar espacios abiertos, como bares y restaurantes. En su mayoría son portátiles y sumamente silenciosas, unas de las principales ventajas que ofrece frente a otro tipo de artefactos de calefacción.
Por último, las estufas halógenas son un tipo específico de calefactor eléctrico que funciona a partir de la radiación. Estas estufas generan calor a través de un metal que se encuentra dentro de capsulas o tubos de vidrio que contienen gas halógeno. Al igual que las otras estufas eléctricas, tienen un consumo energético alto, y son recomendadas para espacios más pequeños.
Como podrás ver, los distintos tipos de estufas tienen características particulares que lo hacen más acorde para algunos casos y menos ideales para otros. Es importante tener en cuenta la dimensión del espacio a calefaccionar, el grado de consumo diario que tendrá de energía, así como la posibilidad o no de generar una buena ventilación dentro del ambiente donde la estufa estará en funcionamiento.
También considerar, en especial hoy en día, que vemos los efectos del cambio climático, las consecuencias que tendrá sobre el medio ambiente la estufa elegida.