Representaron a los distintos pueblos originarios que han habitado el actual territorio del país
Buscando ensamblar la educación y la cultura propia de los pueblos originarios de Chile, sus tradiciones, costumbres y cosmovisión, se celebró el Wiñol Tripantu en Los Andes, en una actividad organizada en conjunto por el Departamento de Educación Municipal de la comuna, la Dirección de Desarrollo Comunitario del municipio a través de su Oficina Municipal de Pueblos Originarios y la Asociación Indígena Inapire Huinchanmapu.
El Wiñol Tripantü o retorno del sol, es una fecha muy importante tanto para el mundo mapuche como para los pueblos indígenas, ya que es el renacer de un nuevo ciclo, tanto para la naturaleza en esta forma circular, como para las personas. Llegan las lluvias para que salgan los nuevos brotes, los animales cambian su pelaje, es la noche más larga del año, es el saber que obtuvieron los futa küifi (más ancianos) a través del inarumen, la observación de la naturaleza y de todo el itxo fill mongen, es decir, la observación de la diversidad de la vida.
La jornada inició con una rogativa, encabezada por el longko Isaac Canio Colli, para que luego los estudiantes de quinto y sexto básico de diez establecimientos educacionales municipalizados hicieran muestra de todo lo investigado y aprendido previamente, aprendizaje que pudieron exhibir en la feria que prepararon junto a sus docentes. Cada delegación representó a un pueblo originario: mapuche, aymara, rapa nui, diaguita, atacameño, quechua, colla, chango, kawésqar y yagan, en sus distintos aspectos, como su ubicación geográfica, lengua, actividad económica, juegos típicos, vestimenta, gastronomía, organización social o expresiones artísticas.
Isabela y Mario son estudiantes de la Escuela John Kennedy. A ellos les correspondió representar al pueblo aymara. Los escolares aprendieron sobre su ubicación geográfica, actividad económica o comidas típicas. Isabela dijo: “el pueblo aymara tiene como actividad principal la ganadería y la agricultura, usualmente las mujeres se preocupaban por las cosas domésticas, cuidar a los hijos, la danza y la música eran muy importantes”. Mario, su compañero, agregó: “los aymara tenían un animal muy típico y era el que más usaban que era la llama, de ahí sacaban la carne el cuero y la lana”.
Carol Llancapan, de la Asociación Inapire Huinchanmapu, destacó el poder visibilizar una fecha tan relevante: “quisimos hacer algo bonito y poder abrirlo a la comunidad, que la gente participe y conozca de sus pueblos. En la rogativa agradecimos por el año que terminó, por todo lo que se nos dio bueno y malo, e hicimos las plegarias para el año siguiente sea mucho mejor para todos”.
Por su parte el alcalde Manuel Rivera, destacó la iniciativa de involucrar a los estudiantes del sistema municipal de educación en una colorida y enriquecedora actividad: “tiene que ver con la valoración, validación y el respeto a nuestros pueblos originarios. Precisamente que nuestros niños, niñas, las nuevas generaciones reconozcan sus riquezas”.