Este 1 de septiembre se cumple un año del trágico accidente que involucró al modelo y ex chico reality Ignacio Lastra y que impactó a la opinión pública por lo grave de sus quemaduras, que lo mantuvieron por meses al borde de la muerte.
Una historia para muchos increíble, ya que otros pacientes en sus condiciones no logran salir adelante y retomar su vida. Meses después, Lastra apareció en los medios mostrando su rostro y las secuelas de este grave accidente, el que lo tiene aún con tratamientos de rehabilitación.
Pero ¿qué ocurre con las personas que enfrentan quemaduras tan graves? ¿Qué tratamientos deben realizar cuando ya ha transcurrido un año desde que éstas afectaron su cuerpo?
María Rosa Fuentes, kinesióloga y directora de la clínica Dermokine (www.dermokine.cl), especializada en el manejo de cicatrices, principalmente de personas quemadas, explica que, el tratamiento kinésico para personas que han sufrido quemaduras consta de dos áreas, una que es la kinesiología propiamente tal y la de compresión elástica y rígida.
“Lo que hacemos es fisioterapia, utilizando el ultrasonido y radiofrecuencia, maquinarias que lo que pretenden hacer es ayudar a que la cicatrización progrese, disminuir las durezas, mantener cicatrices flexibles, ayudar a la modulación del dolor y acelerar la reparación de los tejidos. También se pueden hacer masajes, para dar mayor flexibilidad a las cicatrices, despegarlas cuando están adheridas a planos profundos, drenajes linfático manual, que permiten a través de las manos redistribuir el líquido que se ha acumulado producto del post operatorio. Finalmente se realizan una serie de ejercicios que tienen como finalidad algo más global, fortalecer la musculatura y elongar, entre otros, para devolver las capacidades propias del cuerpo, que se han perdido no solo por las quemaduras, si no también por el reposo prolongado”.
La profesional señala que, la segunda área que involucra el tratamiento kinésico es la compresión propiamente tal, técnicas que lo que hacen es apretar la cicatriz y mantenerla con un poco de presión parcial, para que ésta tenga menos sangre que la esté alimentando.
“Es como poner a dieta la cicatriz y dentro de la compresión tenemos una elástica y una rígida. La primera son todos los trajes de materiales elásticos para diferentes zonas de nuestro cuerpo, que se pueden adaptar bastante fácil, ya que son ropas elasticadas, que son ajustadas y modificadas, según la necesidad de cada paciente, de forma periódica. El otro tipo de compresión, es el sistema rígido, realizado con máscaras de acrílico, que cumplen la misma función, pero están hechos de otro material y que también se puede ir modificando igual que el elástico”.
Sobre lo que ocurre con pacientes con quemaduras tan extremas como las de Ignacio Lastra, el tratamiento se basa principalmente en el uso diario de los sistemas elásticos compresivos, las prendas hechas a medida para las distintas zonas del cuerpo. Además, se complementa con ejercicios, elongaciones y fisioterapia, todo orientado a recuperar y mantener la funcionalidad del paciente. Es importante estar conscientes que estos tratamientos implican un día a día por lo que el entorno y red de apoyo de los pacientes es fundamental.
En relación al tiempo transcurrido desde el accidente, María Rosa Fuentes explica que hay que evaluar ciertas condiciones, para ver si el tratamiento aun es efectivo y ver si las cicatrices aún están activas. “Cuando hablamos de la cicatriz activa, nos referimos a que la cicatriz está todavía rosada, roja o purpura, lo que significa que aun se está reparando, que llega sangre a la zona, y estamos a tiempo para continuar optimizando la cicatrización. Además de eso, se mezclan otros factores, como por ejemplo que haya prurito (picazón), lo que indica que hay actividad de la cicatriz y que aún sigue activa. Si estos factores se cumplen y todavía se puede modificar la cicatrización, es importante seguir con el tratamiento señalados anteriormente”.
Por el contrario, señala, si la cicatriz es de un color más pálido (cercana al color de la piel), lo que se llama una cicatriz madura, “la verdad es que llegamos a un momento en que las cicatrices ya maduraron y no tienen posibilidad de mejorar con esta técnica”.
La kinesióloga destaca que, al hablar de cicatriz, hay que incluir injertos y colgajos. Ambos son coberturas, que van de un lugar sano a un lugar que necesitamos cubrir producto de que esa piel se lesionó, para poder restablecer la cobertura cutánea.
La duda para muchos en estos casos es cuánto tiempo podría durar este tratamiento, ya sea para cualquier persona que sufre estas quemaduras, como para el propio modelo.
Ilsen Medica, kinesióloga y directora de Dermokine, explica que, cuando hay pacientes quemados graves, críticos o de sobre vida excepcional el tratamiento a realizar se extiende durante varios años, sobre todo si los pacientes son niños, ya que éste se realiza hasta que completan su etapa de crecimiento. “En el caso de los adultos el tratamiento continúa hasta que las cicatrices e injertos están inactivos, es decir cuando ya no se van a modificar más y adquieren tonalidades pálidas”.
Para más información sobre estos tratamientos y otros relacionados con el manejo de cicatrices, pueden ingresar a www.dermokine.cl