Sin embargo, no es una patología exclusiva de ellas. En Chile de las 1.422 personas que murieron por cáncer de seno en 2014 en Chile, 14 eran hombres. Si bien representan menos del 1% del total de casos, los hombres tienden a tener un diagnóstico tardío, lo que puede empeorar su situación.
La jefa del Departamento de Oncología de RedSalud, Claudia Gamargo explicó que dentro de los factores de riesgo para este grupo se encuentra la edad avanzada. “El riesgo de tener cáncer de mama aumenta con la edad. El cáncer de mama masculino, aunque se diagnostica con mayor frecuencia en los hombres después de los 60 años, puede ocurrir en cualquier edad.
Consumir medicamentos relacionados con el estrógeno, como los usados en la terapia hormonal para el cáncer de próstata puede aumentar el riesgo de cáncer de mama”, advirtió la especialista.
Tener antecedentes familiares de cáncer de mama, también puede aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad, así como hay mayor riesgo en aquellos hombres que padecen el síndrome de Klinefelter. “Este problema genético ocurre cuando un niño nace con más de una copia del cromosoma X. El síndrome provoca el desarrollo anormal de los testículos y como resultado, los hombres producen menores niveles de ciertas hormonas masculinas (andrógenos) y más hormonas femeninas (estrógenos)”, aseguró Dra. Gamargo.
Otras patologías como la cirrosis hepática, pueden reducir las hormonas masculinas e incrementar las hormonas femeninas, lo que aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, así como tener los testículos inflamados (orquitis) o haber tenido una cirugía para extirpar un testículo (orquiectomía).
La oncóloga de RedSalud agregó que “la obesidad está relacionada directamente con los niveles elevados de estrógeno en el cuerpo, lo que incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama masculino”.
¿Cuáles son las síntomas o señales que deben considerar los hombres para acudir de inmediato a un especialista?:
- Aumento de volumen nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo).
- Aumento del grosor o hinchazón de una parte de la mama.
- Irritación o hundimientos en la piel de la mama.
- Enrojecimiento o descamación en la zona del pezón o la mama.
- Hundimiento del pezón o dolor en esa zona.
- Secreción del pezón, que no sea leche, incluso sangre.
- Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama.