Más de 300 test rápidos para la detección de Covid-19 ha realizado el equipo de fiscalización conformado por profesionales del Departamento de SaludQuillota, la Unidad de Fiscalización y la Unidad de Ingeniería de Tránsito de la Municipalidad local, como parte de las medidas para prevenir los contagios por coronavirus en la comuna.
Según explicó Paola Anabalón, directora del Cesfam de Boco y coordinadora del Programa de Fiscalización del Departamento de SaludQuillota, en plena cuarentena el equipo ha realizado más de 300 test en diversos sectores de la ciudad.
“Ha sido una experiencia provechosa y bien recibida por parte de la comunidad. Hemos podido testear con test rápido para Covid-19 a algunas organizaciones comunitarias que se han establecido debido a la pandemia, como los comedores solidarios, donde hemos testeado a gran mayoría de sus manipuladoras. También se han realizado en otros lugares con alta concurrencia de público, como la Feria Sargento Aldea y Plaza Los Ceibos, donde también hemos podido testear locatarios del sector”, indicó Anabalón.
Durante estos procedimientos se han pesquisados algunos casos de personas positivas, las que son enviadas al aislamiento preventivo correspondiente, entre otras medidas.
Conductores y hogares
Además, se han aplicado test rápidos en la Hospedería Municipal, la Feria Sargento Aldea, a los locatarios de Los Ceibos y los conductores de dos líneas de colectivos que operan en Quillota.
Paola Anabalón agregó que “hemos testeado en dos líneas de colectivos, Acontacol y Los Conquistadores, y hasta el momento ningún conductor nos ha resultado positivo, lo que es muy tranquilizador para la gente que se transporta en ese tipo de medio de transporte”.
El programa de fiscalización y aplicación, de test rápidos contempla trabajar con los conductores de otras líneas de colectivos, además de hogares de larga estadía de Quillota, donde se controlará tanto a los adultos mayores internados, como al personal que trabaja en ellos.
Cabe recordar que, desde el viernes 26 de junio, todo el territorio de Quillota está en cuarentena decretada por el Presidente de la República y el Ministerio de Salud, incluidas sus localidades rurales, medida que este miércoles 1 de julio fue extendida por una semana más.
Esta decisión gubernamental significa que está prohibida la circulación de personas en los espacios públicos de la ciudad, como medida para evitar nuevos contagios.
Personal de Carabineros y del Ejército realiza los controles, tanto en los accesos a la ciudad, como al interior de la misma. Quienes no la acaten se exponen a sanciones que podrían llegar hasta las 200 unidades tributarias mensuales (unos 10 millones de pesos) y penas de cárcel de hasta tres años. Peor aún, si quien infringe la norma es reincidente o está contagiado por Covid-19, la multa podría llegar a 250 UTM, es decir, 12,6 millones de pesos y cinco años de presidio.