La profesora se desempeñó por años en las salas de clases de Saladillo y luego Río Blanco, donde trabajó como docente y jefa de UTP. También destacó por su interés en participar en cada proceso eleccionario como delegada de Servel en la localidad.
Rosalba Troncoso dejó huellas en varias generaciones de niños y niñas que compartieron clases con ella, incluyendo a sus hijos que siguieron su camino en la docencia.
Sus conocidos la recuerdan como una mujer dulce, sabia y de maravilloso carácter. Sus alumnos destacan que fue un pilar fundamental en la educación y vida de muchos que supieron de sus enseñanzas.
La comunidad andina también se suma a las demostraciones de cariño hacia su familia, queridos y cercanos.