Para la máxima autoridad comunal, la tarde del miércoles 3 de abril de 2019 será recordada como uno de los capítulos más negligentes y abusivos para Putaendo. Uno de los Proyectos Mineros más controversiales y desafortunados de la Región de Aconcagua, consiguió que la Comisión de Evaluación Ambiental de Valparaíso aprobara, por unanimidad, la regularización de sondajes de los años 2015 y 2017.
Resulta sorprendente que las autoridades regionales aprobaran un proyecto de regularización, cuando las obras ya se hicieron y provocaron un evidente daño ambiental que fue debidamente acreditado por la Superintendencia del Medio Ambiente y otros organismos públicos.
Esperábamos una posición más favorable de algunos Seremis, considerando su cercanía con obras tan importantes para la agricultura de Putaendo como el Embalse Chacrillas. Ciertamente, estas autoridades no han dimensionado el riesgo que generarán la instalación de gran minería a pocos kilómetros de la inversión pública más grande en la historia de la comuna.
Por más de dos décadas, a lo menos 3 empresas mineras han realizado cientos de sondajes en el sector de Las Tejas, prácticamente sin ningún control de organismos públicos. En una “sospechosa impunidad”, se ha alterado y destruido el territorio y hábitat de especies endémicas en diferentes estados de conservación.
Con una “dudosa negligencia” el Estado de Chile ha incumplido su mandato y hoy, en manos del Intendente Martínez, aprueba un proyecto que no solo atenta con el patrimonio ambiental de un pueblo, sino que también con su forma de vida, su economía agroexportadora y la disponibilidad y calidad del agua para riego y bebida de putaendinas y putaendinos.
Estamos ante una situación crítica. Con esta aprobación se pone en riesgo al único valle libre de minería a gran escala de Chile Central, el cual podrá ser contaminado y depredado impunemente por grandes empresas mineras como Los Andes Copper. Destruirán el frágil equilibrio ambiental de Putaendo, una de las zonas más vulnerables ante el Cambio Climático, al avance de la desertificación y a las cada vez más prolongadas sequías.
Es necesario señalar que solo unos pocos servicios públicos como: la DGA, el SAG y la Autoridad Sanitaria optaron, por solicitud de comunidades locales y la Junta de Vigilancia del Río Putaendo, iniciar un proceso de fiscalización y posterior sanción a la empresa en cuestión. Vale recordar que, además, no fueron aceptadas las solicitudes de participación ciudadana. Menos aún, la empresa ha dado respuesta satisfactoria a una serie de interrogantes planteadas por estos servicios públicos y por la Municipalidad de Putaendo.
Con todos los antecedentes que tenemos podemos sostener, sin ambigüedades, que Vizcachitas Holding, a través del fraccionamiento del proyecto, el cual fuera rechazado por esta misma Comisión de Evaluación Ambiental en el año 2008, ha provocado efectos negativos e irreparables en el medio ambiente de Putaendo.
La pretensión de regularizar las faenas mineras ejecutadas entre el año 2015 y 2017 resulta más bien un acto de justificación de una gran empresa, que hizo todo mal desde el inicio de sus labores el 2007.
Vizcachitas Holding hizo mal cuando, una vez rechazada la Declaración de Impacto Ambiental en 2008, de igual forma realizó campañas de sondajes, construyó caminos, desvió el curso del río, extrajo agua de vertientes no autorizadas y eliminó hábitat de flora y fauna del lugar.
Vizcachitas Holding hizo mal cuando amplió un campamento minero y generó residuos domésticos y peligrosos sin permiso de la Dirección de Obras Municipales o de la Autoridad Sanitaria.
Con esta aprobación se ha condenado a miles de chilenas y chilenos, que aman su territorio y que aspiran a heredarlo a sus futuras generaciones, a sobrevivir en un medioambiente contaminado por la gran minería.
Esta decisión, tomada por el Intendente y sus SEREMIs marca el día uno de una nueva zona de sacrificio de la región, una nueva localidad que será destruida por intereses economicistas, sin respeto por la vida y el medio ambiente.
Vecinas y vecinos de Putaendo, hoy nos han ganado una batalla, pero jamás nos quitarán nuestra convicción y compromiso de seguir luchando por defender nuestro patrimonio medioambiental, nuestra agua y nuestra vida.