Desde marzo que enfrentamos importantes cambios en todo el quehacer diario. Los niños, niñas y adolescentes no han quedado ajenos a todas esas modificaciones, generando un importante estrés en este grupo de la población.
Por esta razón, la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia de Los Andes lanzó una campaña comunicacional de sensibilización del buen trato #Trátamebien en cuarentena, principalmente utilizando redes sociales y soportes digitales para su difusión.
Macarena Riveros, coordinadora de la OPD Los Andes, enfatizó sobre los objetivos de esta iniciativa: “ nuestros niños y adolescentes también se han visto afectados por esta nueva realidad, donde no pueden ir al colegio, deben estudiar vía remota, no pueden reunirse con sus amigos, sin poder visitar a familiares con que no viven; entonces tenemos que pensar en la importancia del rol de los padres, madres y cuidadores para que puedan sobrellevar esta situación y poder brindarles apoyo y estabilidad en estos difíciles momentos”.
La campaña surge como una necesidad de entregar esas herramientas del buen trato, a través de informaciones proporcionadas por los profesionales que integran la oficina: psicólogos, abogado, asistente social y educadora. Un soporte profesional para esta orientación.
El buen trato
Riveros explicó que el buen trato, “es básicamente criar a nuestros hijos bajo el respeto, reconociendo sus necesidades, sus tiempos y características; no se trata de ocupar formas de violencia para resolver maltratos, pero sí se debe imponer normas y límites porque son importantes para dar estabilidad. El buen trato fomenta el desarrollo integral de nuestros niños, desarrolla una salud mental sana, la idea es que juntos nos comprometamos en entregar buenos tratos a niños, niñas y jóvenes sobre todo en estos momentos difíciles que estamos viviendo como comuna”.
Cada semana los profesionales de la OPD Infancia entregarán información y consejos a los adultos sobre la importancia del buen trato en la crianza, orientaciones sobre cómo desplegar buenos tratos en tiempos de confinamiento, teniendo en consideración que ello ha implicado una reestructuración de las rutinas y del funcionamiento familiar, como de la vida en todos sus ámbitos, generando altos índices de estrés en toda la población.