El taller es una iniciativa de los encargados de Deporte Recreación Arte y Cultura (DRAC) del Complejo, Rodrigo Peñailillo y Pablo Pinto. Este último detalló que “el día de hoy finalizamos el taller con una segunda velada, donde tuvimos boxeadores de la categoría de 66 kilos hasta 101. El taller va a continuar la tercera semana de marzo con nuevas inscripciones, porque la idea es siempre abarcar la mayor cantidad de población penal”.
El funcionario de DRAC agregó que los internos deben mantener una buena conducta, pues en caso de alguna falta o castigo automáticamente son apartados.
Lo positivo que ha resultado esta iniciativa fue destacado por el jefe (s) de la unidad penal, mayor Julio Leal.
“La actividad deportiva busca entregarle a la población un rato de esparcimiento, pero, al mismo tiempo, valores como la disciplina, el respeto y el trabajo en equipo. La actividad deportiva libera muchas tensiones a las personas, así que en contexto de encierro el gasto de energía tiene que ser grande para evitar hechos de violencia.
“Muchas veces se puede mal entender que (el boxeo) llama a la violencia, pero todo lo contrario, este deporte es de caballeros, donde se respeta al oponente y se reconoce el trabajo y esfuerzo que hay detrás de un boxeador”, sostuvo el mayor Leal.
La segunda jornada pugilística se realizó a partir de las 11:00 horas de este lunes en el gimnasio del establecimiento penitenciario porteño y contempló nueve peleas. Los combates fueron animados por los alumnos del taller y boxeadores del reconocido gimnasio porteño Kenp Box y club de Boxeo Cordillera
Durante los tres rounds que duró cada pelea la conducta fue ejemplar. Los pugilistas siguieron las instrucciones del árbitro y siempre terminaron agradeciendo al rival por haber participado en esta instancia.
Uno de los boxeadores que llegó hasta el Complejo fue David Dubó. El boxeador de 42 años e integrante del club Cordillera destacó lo positivo de la vivencia.
“Una experiencia muy linda que la recomiendo. Si alguien tiene la oportunidad de venir a hacer deporte con los chiquillos vengan porque es una bonita experiencia. Cuando me hicieron la invitación le dije al profe que me anotara al tiro”.
Por su parte Jorge Silva, habitante del módulo 109 reconoce que “La verdad es que la primera vez no me fue muy bien, pero esta vez -con el entrenamiento y con la disposición de los profesores- me fue mucho mejor. Me ha ayudado en el físico y psicológicamente estoy más tranquilo, puedo dormir tranquilo, reflexiono más”.
A esta actividad se suman los jornadas deportivas para la población penal femenina. Éstas incluyen: zumbatón, baby fútbol, baile y diversas pruebas entre alianzas.