Con la finalidad de potenciar las ventas se instaló una vitrina en el ingreso a la unidad penal.
Tazones, espejos, vasos y muchos otros objetos son grabados por un grupo de personas privadas de libertad del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Felipe. Gracias a estos trabajos los internos pueden entregar un aporte económico a sus familias.
En el taller de sublimación y grabado se desempeñan cinco reclusos, quienes de lunes a viernes laboran durante gran parte del día para responder a los requerimientos de quienes llegan hasta la unidad penal para solicitar algún trabajo, pero también para aportar a los trabajos que otros internos efectúan en el mismo recinto penitenciario.
Jorge Cepeda, uno de los integrantes de este espacio laboral detalló los objetivos del mismo.
“Este taller se fundó con la idea de motivar a la ciudadanía a consumir nuestros productos. El trasfondo es tener una conectividad con la ciudadanía, cruzar esa barrera de que aquí no se pueden hacer cosas, tratar de hacer las cosas bien. Nos ha ido bastante bien y, lo más importante, es que con esto estos trabajos estamos logrando motivar a los otros internos que vienen atrás de nosotros y decirles que se puede tener una fuente de ingreso regular a través del trabajo”.
En este taller se efectúa el trabajo de sublimación, por medio del cual una imagen puede ser estampada en diversos objetos, y el de grabado laser de maderas o cueros. El encargado de esta última labor es Fabián Cuevas, quien explicó la tarea que lleva adelante.
“Aquí en el grabado nosotros diseñamos a gusto del cliente y lo estampamos en el láser. Lo llevamos a la madera, ya sea rústica o sea noble. El láser también trabaja con cuero y así ayudamos a los demás reclusos a que puedan hacer sus proyectos. La madera entra por nuestras familias. Los miércoles y jueves entra material y así nos vamos desarrollando nosotros”.
Consultado respecto a la experiencia de poder trabajar y desarrollarse, Fabián la calificó como “gratificante, ya que nos permite salir con más preparación para poder reinsertarnos en la sociedad y poder cumplir un rol en esta sociedad y no salir de nuevo a lo mismo”.
El jefe del CCP de San Felipe, mayor Carlos Ortiz Sánchez, destacó la importancia que este tipo de iniciativas tiene para los privados de libertad.
“Esto va, obviamente, a la reinserción, en ayuda de ellos, para reinsertarse a la sociedad el día de mañana, cuando obtengan su libertad, y también para tener una pequeña remuneración o dinero para poder ayudar a sus familiares”.
Con la finalidad de potenciar las ventas del taller se instaló una vitrina en el ingreso a la unidad. De esta forma, quienes ingresan a la unidad penal pueden observar las creaciones de los internos y solicitar algún trabajo en particular o adquirir alguno de los objetos que se exponen.